Muchas pilas domésticas cuando se gastan no se pueden tirar a la basura. Tienen metales como mercurio, cadmio y plomo que perjudican la salud y el medio ambiente. Por esto hay que tirarlas en contenedores especiales en puntos de recogida. Estos son del Ayuntamiento o tiendas especializadas. Si son pilas industriales se tienen que almacenar en la empresa, separadas del resto. Tirarlas en un vertedero cualquiera o quemarlas no sirve de nada. Los metales no desaparecen y acaban acumulándose en los organismos vivos.
Las pilas que tienen que ser recogidas pueden clasificarse en tres grupos:
1) De gran formato. Se emplean en aparatos grandes y voluminosos como las salinas y alcalinas.
2) Botón: pequeñas, empeladas en aparatos portátiles. Tienen mercurio y litio.
3) Los acumuladores secos. Son recargables, de niquel-cadmio.
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